El pasado 6 de diciembre, se llevó a cabo el taller “Análisis CRIDA de la Cuenca Katari” en el Paraninfo de la Universidad Católica Boliviana «San Pablo», un evento que reunió a representantes de diversas instituciones, comunidades y expertos en gestión hídrica. Esta iniciativa es financiada por la UNESCO y organizada en colaboración con entidades académicas y no académicas, tanto nacionales como internacionales -que incluye a la principal instancia del Estado boliviano para el medio ambiente y el agua-. Su objetivo es  fortalecer la planificación participativa para enfrentar los retos del cambio climático en la región. Los participantes destacaron el papel de la UCB como sede de este encuentro y como una de las entidades que impulsan esta iniciativa para mejorar las condiciones socio ambientales de la Cuenca Katari.

Logros clave: una colaboración multiactoral exitosa

Durante el taller se destacó la creación de un espacio de diálogo inclusivo en el que participaron actores gubernamentales, comunitarios y académicos. Leonardo Villafuerte, del Instituto para la Democracia de la UCB, resaltó que este tipo de encuentros permiten construir relaciones sólidas entre las comunidades de la cuenca y las instituciones, algo fundamental para garantizar soluciones compartidas. Además, subrayó que la diversidad de perspectivas presentes, desde comunidades locales hasta actores gubernamentales, marcó un paso decisivo hacia un modelo de gestión hídrica más equitativo y colaborativo.

Por su parte, la miembro del Subproyecto Transversal, Guadalupe Peres Cajías, señaló que uno de los mayores retos fue mantener un diálogo fluido y participativo a lo largo de una jornada completa, algo que se logró gracias a la preparación previa y al compromiso de todos los asistentes. Destacó que la representación diversa de actores, incluyendo comunidades de la cuenca alta, media y baja, fue esencial para identificar problemas y propuestas que reflejen las realidades de todos los involucrados.

Impacto en la planificación adaptativa

En el taller se desarrolló la metodología CRIDA (Análisis de Decisiones Basadas en el Riesgo Climático), una herramienta que facilita la toma de decisiones frente a escenarios de incertidumbre climática. Afnan Agramont, coordinador del proyecto, explicó que esta metodología se basa en cuatro momentos clave: el mapeo de actores, la identificación de problemas relacionados con el agua, el análisis de los impactos del cambio climático y la planificación de estrategias adaptativas. Este marco permitió a los participantes analizar las vulnerabilidades de la cuenca Katari y desarrollar propuestas prácticas y escalables para enfrentar los retos climáticos.

Agramont destacó que el enfoque participativo de CRIDA permitió integrar conocimientos técnicos y locales, garantizando que las estrategias propuestas sean sólidas y flexibles ante diversos escenarios climáticos. Según el coordinador, el producto final de este proceso será una planificación que no solo reconozca los desafíos del cambio climático, sino que también incorpore medidas concretas para abordarlos.

Importancia de la colaboración

En el taller también se subrayó la importancia de las relaciones multiactorales. Peres Cajías enfatizó que las reuniones previas entre los diferentes actores, incluyendo representantes comunitarios, fueron decisivas para establecer objetivos comunes y preparar un espacio dinámico y constructivo durante la jornada. Estas interacciones permitieron conocer los intereses y perspectivas de cada parte, fomentando un ambiente de cooperación y confianza.

Villafuerte añadió que la participación activa de las comunidades no solo enriquece el proceso, sino que también es crucial para garantizar que las soluciones sean inclusivas y representen las realidades locales. Además, valoró que este evento marca un cambio hacia un enfoque más participativo en la gestión de recursos hídricos, donde todas las voces tienen un rol importante.

Este enfoque colaborativo y adaptativo posiciona a la cuenca Katari como un modelo de resiliencia climática, demostrando que el trabajo conjunto entre comunidades, instituciones y expertos es clave para enfrentar los desafíos globales del cambio climático.