Jean Paul Guzmán

Mario Vargas Llosa, nobel de Literatura, suele recordar que aprender a leer fue “lo más importante” que le pasó en la vida porque no solo le permitió enriquecer su conocimiento, sino crear un universo propio de lugares e ideas. Un universo que cada persona puede concebir, pero al que también se renuncia por la falta de apego a los libros y a la lectura.

Ahora, para crear esos cosmos de vida y conocimiento, ¿a quién corresponde tender puentes entre las personas y la lectura? Para la directora de la Biblioteca Central de la Universidad Católica Boliviana (U.C.B.) “San Pablo”, Andrea Ballivián, la respuesta es clara: los profesores.

“(…) creemos que es en las aulas donde se debe fomentar este hábito (el de la lectura), desde luego desde la educación escolar, pero también en las universidades, son los docentes quienes tienen el lazo más estrecho con los estudiantes”, hace notar.

En Bolivia, las estadísticas sobre lectura de libros son dramáticas: casi la mitad de los habitantes del eje troncal  no lee un solo libro en todo un año, privándose no solo de concebir ese universo personal al que aludía Vargas Llosa, sino de acceder a los conocimientos mínimos que demanda el presente y exige el futuro.

Ballivián comenta ese panorama y dice: “Sin duda, los índices de lectura en Bolivia, son muy bajos, y mucho más comparados con los de la región. Por ejemplo, Argentina y Chile presentan un promedio de más de 5 libros por persona y Bolivia en el eje troncal, el 43% de los bolivianos, no ha leído ningún libro en un año. Entonces el análisis no es muy difícil de hacer”.

Como tampoco es muy difícil deducir cuánto más podría bajar ese índice del 43% si  se incluye a otras regiones alejadas de la columna vertebral del país, donde los indicadores de educación y cultura suelen ser más críticos.

Aporte de la U.C.B.

Pero, en la otra cara de la medalla, existen trabajos e iniciativas como los de la Biblioteca Central de la U.C.B. y las bibliotecas de Sedes  para fomentar en el campo académico la lectura de obras de calidad, libros especializados, tesoros únicos y otras publicaciones que están al alcance de la comunidad universitaria y también de públicos externos.

En el caso de la Biblioteca Central, en una semana el promedio de visitas de usuarios llega a 2.150, con el préstamo de 40 a 50 libros, según sus propios datos, a los que hay que añadir que “el año 2024 los préstamos fueron de 5.475 de los cuales 1.693 fueron préstamos en sala y 3.782 a domicilio (fuera de la sala)”. Las consultas en catálogo en línea no se contabilizan.

En cuanto al tipo de publicación más requerida por los usuarios, la directora de la Biblioteca Central afirma que “por los números, se puede decir que los artículos de revistas que están en plataformas como EBSCO, Dialnet, y otros. Tenemos un informe del uso de los recurso virtuales que la universidad suscribe, y los números son muy interesantes”.

Ballivián también proporcionó un dato llamativo. A la  pregunta de cuáles fueron los libros que tuvieron la mayor cantidad de préstamos en sala y fuera de ella en 2024, enumeró los siguientes títulos: Macroeconomía, Anatomía humana, Metodología de la investigación, Python 3 y Fundamentos de economía. Estos fueron, por decirlo de alguna manera, los 5 best seller del 2024.

¿Dónde se piden más libros?

Esta vez con datos correspondientes al periodo de enero a marzo de 2025, se indagó sobre cuál es la biblioteca de Sede de la U.B.C. donde existe mayor préstamo de libros. El primer lugar corresponde a Cochabamba, luego a La Paz y después a Santa Cruz y Tarija.

En ese trimestre en Cochabamba circularon 2.685 libros, en La Paz 1.958, mientras que en Santa Cruz llegaron a 287 y en Tarija a 148.

Respecto al caso de La Paz se pidió una opinión sobre cómo se evalúa ese índice de lectoría. Ballivián responde y lo califica de “regular”, ya que “los estudiantes tienen otros medios para acceder a la información, que no siempre implica a la Biblioteca, sin embargo, esto no significa que no lean, por ahí los formatos no son el libro como tal, también vemos que los estudiantes prefieren lo audiovisual para aprender”.

Además, aclara que “los números de préstamos son buenos y cada gestión van en subida, pese a la tendencia mundial en el uso de las bibliotecas. También entendemos que los docentes entregan a sus estudiantes material digital que les sirve de apoyo, sin considerar la ‘experiencia’ de utilizar la Biblioteca”.

Desde luego que la Biblioteca Central de la U.C.B. no espera con los brazos cruzados a sus lectores y desarrolla iniciativas promover una mayor lectura de sus publicaciones mediante capacitaciones, club de lectura, apoyo de espacios de discusión sobre artículos científicos y actividades de extensión bibliotecaria. “Queremos iniciar una relación con la Junta de Vecinos de Obrajes, ya que, en la noche de museos, organizada por el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP), tuvimos mucho interés en las colecciones donadas”, dice la directora.

Otros recursos identificados en la tarea de subir la lectoría son las bibliografías especializadas en las asignaturas. “La Biblioteca tiene 22 colecciones donadas, de personalidades bolivianas, en las que se encuentran libros únicos. Dicen que las colecciones personales son las más variadas, ya que han pertenecido a grandes amantes de la lectura, ese es un tesoro para la Biblioteca, que no logramos compartirlo con la comunidad”, complementa.

Un universo de libros y conocimientos, entonces, espera por sus lectores en la Biblioteca Central para transportarlos al maravilloso mundo de la lectura, donde la imaginación y el conocimiento se encuentran  a través de la magia de las palabras.

Por algo decía el célebre Jorge Luis Borges: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”.