La docente de la U.C.B., Ana Paola Lorberg, formó parte de un equipo internacional que evaluó a la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California
Alcanzar la excelencia académica para una carrera o facultad es una tarea exigente que requiere a los evaluados superar retos y desafíos con constancia y esfuerzo. Esa exigencia se redobla cuando, en un papel inverso, los evaluadores miden la calidad educativa a través de mecanismos en los que cada juicio de valor debe tener un respaldo fundamentado y cada calificación un ejercicio matemático que lo compruebe.
Este segundo papel, el de evaluador, fue desarrollado entre el 7 y el 10 de abril por la abogada Ana Paola Lorberg, quien junto con un grupo de profesionales de varios países de Latinoamérica evaluó la calidad y excelencia educativa de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) de Tijuana (México).
Lorberg es profesora a tiempo completo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica Boliviana (U.C.B) “San Pablo” Sede La Paz, misión a la que suma una larga lista de otras actividades, como responsable de empleabilidad, prácticas preprofesionaes, convenios institucionales, relacionamiento con exalumnos, difusión y eventos institucionales.
Con esa experticia se embarcó hasta México, donde fue invitada a realizar el proceso de evaluación en Tijuana como integrante del equipo internacional del Instituto Internacional de Acreditación del Derecho (Iidea–Afeidal), una entidad que promueve la mejora continua de la calidad educativa en la formación jurídica a nivel latinoamericano, y de la cual es acreditadora internacional.

Lorberg compartió el trabajo con profesionales de El Salvador, Perú, Colombia y México, “todos con amplia experiencia en procesos de evaluación y aseguramiento de la calidad en el ámbito jurídico”, según explicó.
La docente de la U.C.B. relató que la misión “consistió en llevar a cabo un proceso integral de evaluación de la calidad y excelencia educativa de la Facultad de Derecho de la UABC”, que “comprendió la revisión detallada de aspectos académicos, institucionales, curriculares, investigativos y de vinculación social, conforme a los estándares internacionales definidos por Iidea-Afeidal”.
La evaluación exigió largas horas de reuniones con autoridades universitarias, docentes, estudiantes, egresados y empleadores, a las que siguieron otras tantas de verificación de evidencias documentales y recorrido por la infraestructura física y tecnológica de la unidad académica.

Derecho, valorada internacionalmente
Una tarea de esas dimensiones prestigia a todos los evaluadores, pero desde luego también a las universidades de las que provienen.
Lorberg dice al respecto: “Para la Carrera de Derecho de la U.C.B., la participación en este evento posiciona a nuestra unidad académica como un referente activo en procesos de acreditación y cooperación internacional. Este tipo de presencia fortalece el prestigio institucional, abre nuevas posibilidades de convenios y colaboración con otras universidades y reafirma el compromiso de la carrera con los más altos estándares de calidad. Asimismo, nos brinda insumos valiosos para evaluar y actualizar nuestros propios procesos internos, alineándolos a buenas prácticas regionales”.
En síntesis, triple mérito: se realiza un aporte cualitativo internacional, se ubica favorablemente el lugar regional de la Carrera de Derecho y se asimilan experiencias que permitirán optimizar los procesos educativos en la propia U.C.B.
“Desde la U.C.B. se aportó una perspectiva enriquecedora basada en las experiencias acumuladas en procesos de autoevaluación, mejora continua, prácticas de vinculación con el medio, así como en el fortalecimiento de competencias profesionales en la formación jurídica”, destaca Lorberg.

En un mundo del presente en el que la educación también está globalizada, experiencias como la de Tijuana, remarca la docente, “promueven una internacionalización activa de la Carrera de Derecho, al posicionarla como referente y actor comprometido en los procesos de acreditación regionales”.
Cuando se le consulta cómo se asimilan personalmente estas experiencias en el plano profesional, Lorberg responde: “Me permitió ampliar mi visión sobre los estándares internacionales de calidad en la formación jurídica, conocer otras realidades académicas y compartir criterios con colegas de alto nivel de distintos países de la región. Participar en este proceso consolidó mis competencias como evaluadora académica, reforzó mi compromiso con la mejora continua en la educación superior, y me permitió traer nuevas ideas y enfoques que pueden ser aplicables en nuestra propia institución”.
Misión cumplida.